“EDUCACIÓN Y VALORES PARA LA CONVIVENCIA EN EL SIGLO XXI”
A través de la discusión y reflexión que se llevo a cabo durante el encuentro de “Educación y Valores para la Convivencia en el Siglo XXI” sobre los valores cívicos y éticos que requerimos los mexicanos comprender y poner en práctica para el desarrollo de una sociedad más democrática, se puedo reconocer a la escuela uno de los medios principales para lograr este objetivo, puesto que es una institución con un gran poder de influencia sobre las ideologías culturales de la sociedad.
Al mismo tiempo se reconocieron algunas problemáticas del mismo sistema educativo mexicano que han impedido este desarrollo, como lo es la incorrecta implementación de las metodologías de enseñanza propuestas a lo largo de la historia. Pero esto dio paso al descubrimiento de algunos retos y propuestas de solución.
Los antecedentes manejados fueron los siguientes:
En nuestro país, la conciencia generalizada del valor y la necesidad de la educación ciudadana surgió a la par del proceso de Independencia. Resultaba evidente que sólo a través de la educación podría el pueblo ejercer la ciudadanía y los derechos que las nuevas leyes y la libertad conquistadas le ofrecían.
Este año la Secretaría de Educación Pública celebrará noventa años de existencia tras haber sido fundada por José Vasconcelos con el propósito de institucionalizar la función educativa del Estado mexicano y atender de manera sistemática los graves problemas educativos que el país enfrentaba tras la Revolución, entre ellos el analfabetismo, principal obstáculo para la participación ciudadana y el desarrollo nacional.
Desde entonces la educación cívica ha estado presente en el currículo ofrecido por el sistema educativo en sus niveles básicos. En nueve décadas de labor integral, la Secretaría de Educación Pública ha contribuido a forjar generaciones de ciudadanos capaces de dar respuesta a los desafíos y las oportunidades de la vida nacional y el contexto internacional, no sólo dando instrucción cívica, sino también garantizando a sectores cada vez más amplios el ejercicio de su derecho a educarse. Así, al actuar esta institución para incorporar a grandes sectores sociales anteriormente excluidos de los beneficios de la educación —como la población rural e indígena; la mujer, los jóvenes o los adultos mayores— y adoptar en sus funciones la investigación, la cultura y el deporte, la Secretaría ha contribuido a sentar las bases para el ejercicio efectivo de la ciudadanía.
En el año 2000, como respuesta a la demanda social de más y mejor educación en valores ciudadanos, y con base en evaluaciones de lo hecho hasta ese momento, se emprendió un proceso de renovación curricular que se abrió a la participación de maestros, investigadores educativos y asociaciones de padres de familia. En este proceso de redefinición de contenidos, la formación ciudadana incluiría no únicamente el conocimiento básico de las instituciones, las leyes, los procesos históricos de identidad nacional y el culto a los héroes nacionales como fuente de valor, sino también cuestiones de auto-cuidado, equidad de género, conciencia y valoración de la diversidad; cuidado del medio ambiente, respeto a la participación social y solución de problemas sin recurrir a la violencia.
Durante la actual administración, se intensificaron los procesos de participación social en la educación y la formación ciudadana. Las reformas de la educación básica y de la educación media superior se construyeron con las aportaciones de docentes, autoridades educativas, expertos nacionales e internacionales, investigadores y sociedades de padres de familia de todo el país.
Con la Reforma Integral de la Educación Básica y la Reforma Integral de la Educación Media Superior se adopta el enfoque de competencias, el cual hace énfasis en la capacidad de los alumnos para analizar, reflexionar y actuar con base en conocimientos, actitudes y valores esenciales para participar en la democracia. En sus respectivos currículos, estas reformas fomentan el cuidado propio y el respeto a los demás; la inclusión y el rechazo a la discriminación; el apego a la legalidad y a los derechos humanos; el sentido de justicia y el manejo responsable de la libertad; la valoración de la pluralidad y de las formas de vida democráticas, la participación y la equidad.
Con base en el respeto a la dignidad humana, el currículo de la formación cívica y ética, desde la educación preescolar hasta la educación media superior, fomenta el desarrollo de los valores y prácticas de la democracia moderna.
Estos avances han coadyuvado a fortalecer la formación ciudadana, según se ha visto en evaluaciones nacionales e internacionales; sin embargo, debemos seguir adelante. La globalización nos plantea continuamente desafíos que nos obligan como sociedad a fortalecer la política educativa. Es necesario reconocer que una sociedad más diversificada, plural y con acceso al conocimiento es hoy una fuente de riqueza y capacidad creadora. En ese sentido, contar con una base sólida de valores cívicos y éticos, es un elemento indispensable para enfrentar muchos de los retos que el país tiene por delante: la igualdad de oportunidades, el desarrollo económico y social, la democracia efectiva y la convivencia pacífica.
Es por ello que, como parte de las medidas y acciones para seguir respondiendo a estos desafíos, la Secretaría de Educación Pública convoca a este encuentro plural y diverso, de alcance internacional, que contará con la participación de líderes y expertos internacionales que puedan analizar, bajo una óptica crítica y objetiva, los valores cívicos y éticos que exige la formación del ciudadano del siglo XXI.
Dentro del eje temático, la educación y valores para la vida se pretendió reflexionar sobre el cómo fomentar en cada estudiante la autorregulación y el ejercicio responsable de la libertad, el respeto y aprecio de la diversidad social y cultural, así como el sentido de pertenencia a la comunidad local, nacional y global.
Con respecto a esto comento que sería algo benéfico buscar poner en práctica ciertos valores (libertad, solidaridad, respeto, justicia según Silvia Irene Schamelkes) durante un tiempo en específico, considerándolo como un trabajo serio de manera que en verdad se pudieran obtener buenos resultados e ir avanzando cada vez mas y no seguir recayendo en las mismas problemáticas.
También se recalca el gran papel del docente como un ciudadano que debe poner el ejemplo ante su alumnado y sociedad, puesto que a partir de las vivencias y experiencias es que ellos adquieren aprendizajes significativos, y que alguien tiene que comenzar a marcar la diferencia si propone y exige cambios. Así se puede afirmar que los valores se presentan y aprenden en la medida en que se expresen a través del ejemplo.
AZAREL ANDREA OROPEZA MENDOZA
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