jueves, 31 de marzo de 2011

Mi regreso a Oxtotipac




Mi regreso a Oxtotipac
Durante la jornada de observación e intervención la semana del 14 al 18 de marzo del 2011, en el Jardín de Niños “Luis Nishizawa” ubicado en la localidad de Oxtotipac, Otumba, iba con una finalidad como docente en formación, que los 25 niños matriculados con hay en mi aula, se concientizarán acerca de la importancia de las medidas de higiene.
Todo cambia en mi planeación cuando llego al jardín de niños y percibo que un proyecto es el que acaban de comenzar en mi grupo, ¿de qué manera relacionar lo que yo pretendo con el proyecto que se ejecutaba? O ¿debo cambiar toda la planeación, de acuerdo a lo que está viendo la educadora titular?. También ¿cómo hacerlo interesante, según el contexto en el que me encuentro inserta?
Flexibilidad en la planeación, momento adecuado de ejecutarlo, ¿qué sucedía?, no retomo el contexto para la realización de mis actividades de intervención. Si los niños están viendo animales ovíparos y yo quiero rescatar concientización de medidas de higiene, ¿ellos de qué manera cuidan sus animales?, cuestiones a partir de mis anteriores diagnósticos que dieron apertura para que yo me inserte como docente en el aula.
En esta tercera ocasión presentándome al jardín, me lleve muchas sorpresas, primero, fue el que se menciono anteriormente, luego el insertarme más al contexto respecto a sus tradiciones, cuando los niños juegan y dramatizan a los huehuenches y las maricas, parte de sus tradiciones que están muy relacionadas con el catolicismo. Los niños se daban cuenta que yo no conocía y obtenía comentarios como “hay maestra, ¿cómo que no conoces como pegan los huehuenches a las maricas y cómo las maricas ponen en la horca a un gallo?, entonces, ¿tampoco vas al cerrito a subir la cruz?, nosotros te invitaremos para que tu conozcas. Mediante cuestiones y platicas con padres de familia, está es una tradición recién pasada en donde los niños, solo son espectadores, entonces, en el jardín ellos llevaron lo dramatizaban porque es parte de su identidad.
Volver a agarrar un trompo y girarlo, fue sorpresa, cuando Efrén me dijo “maestra, toma, juega conmigo al trompo, gíralo” era el momento de ser parte de los niños con sus juegos e intereses, en donde primero recordé mi infancia, pero sobre todo fui parte de mis alumnos retomando lo que ellos me pedían y exigían.
Los niños se acuerdan de mi, saben que hemos trabajado de forma diferente, me piden recordar las canciones que en algún momento les enseñe, saben que voy a intervenir y seré yo la que dejará trabajo, reconocen las reglas que establecí como “el momento de pensar”, pero sobre todo están dispuestos a que juntos recabemos nuevas experiencias.
Mis niños han cambiado, sus habilidades así como destrezas y competencias se han fortalecido, veo como Edgar aun con su problema de lenguaje, se integra cada vez más a su grupo. 2 niños nuevos en el salón, debido a cambio de domicilio, Aravier desde Tlaxcala llego a Oxtotipac y Odaliz del D.F por fin se vino a su casa y dejo de vivir con su abuelita.
Dentro del contexto soy la maestra Gaby, la que llega con esas ideas que no solían hacerse, así lo comentan las mamás ¿ahora qué harán maestra?, ¿ustedes organizaron eso de la matrogimnasia?, ¿debería enseñarles usted el baile, porque todos van disparejos, ni saben los pobres niños? Mediante las múltiples cuestiones y comentarios de los padres, se lo que me exigen, lo que esperan de mi y la manera en que he impactado dentro del contexto.
La comunicación con padres, en esta ocasión, fue muy gratificante, no se trata solo ser parte del aula, sino igual parte de cada una de las familias, conociendo, observando, cuestionando, escuchando, incluyéndome en la comunidad.
“Maestra a poco no vendrá al bailable del martes, usted no debe faltar, es la maestra de los niños, a parte porque se quedo tan poquito tiempo” así me decía la mamá de Gabriel, ¿que ha implicado el que ahora sea reconocida así? El trabajo y compromiso, desde el hecho de llegar temprano y recibir a los niños, el saludar a toda la comunidad cuando voy llegando al jardín, el cuestionar, escuchar, el querer ser parte de ellos, el atender a los niños me ha dado pauta para que yo me inserte dentro del contexto y ahora se tenga ese concepto de mi.
¿Qué sucede cuando no pasa lo mismo con mi educadora titular? Con ella solo me siento la practicante, la que debe cuidar y entretener a los niños mientras se realiza la matrogimnasia, la que manda y yo debo obedecer, entonces ¿realmente estoy inserta dentro del contexto?, si eso es significado de estar inserta, no me hace sentir cómoda, ya que desvaloriza mi trabajo y función que quiero realizar con los niños así como con los actores que lo rodean.
En esta ocasión hasta la directora se acercó más a nosotros como docentes en formación, dando a todas de manera general, sugerencias que sirvan para próximas intervenciones. También nos incluyó en la comida que se realizó, con motivo del cumpleaños de una docente. Donde daban a conocer sus experiencias, acerca de los accidentes que han sufrido los niños.
Finalizada la jornada de observación e intervención en mi jardín de niños, me quedo de nuevo con todo lo nuevo que aprendí, poco a poco me cultivo de todo lo que vivo, no termino de conocer el medio en el que me desenvuelvo, me cuestionó, me conflicto, pero continuo, para lograr lo que pretendo como parte de mi formación inicial.
Elaboro: Gabriela Garcia Diaz

QUE PLANEE, QUE DEL CONTEXTO CAMBIO Y COMO ME IDENTIFICO CON EL CONTEXTO

QUE PLANEE, QUE DEL CONTEXTO CAMBIO Y COMO ME IDENTIFICO CON EL CONTEXTO
En base a las observaciones realizadas he podido percatarme sobre algunos comportamientos de los niños, que basándome en la teoría, no son convenientes para su desarrollo social y personal.
Por ejemplo: los niños no suelen atender a las indicaciones dadas por la educadora al menos que ella les hable fuertemente o cumpla con alguna de las amenazas que les hayan hecho anteriormente, cabe mencionar que la atención que le prestan después de esto no llega a durar por mucho tiempo, en varias ocasiones los niños terminan haciendo conforme a su voluntad y deseos (jugando con alguno de sus compañeros, agarrando el material no prestado, comiendo parte de su desayuno)
Esto provoca a su vez un ambiente muy ruidoso, ante la falta de un orden, algo que llega a molestar o fastidiar a los niños que están trabajando o a aquellos que buscan atender a las indicaciones que se pretenden dar pero que tienen que estar esperando a que sus compañeros guarden silencio o se comporten de la manera necesaria para que la educadora pueda seguir dándolas a conocer
Además, llegan mostrar actitudes de falta de respeto hacia sus compañeros quitándoles su material o maltratando sus trabajos, lo que da paso a una alteración, reproches e inconformidad por parte de los niños afectados.
Es así como el ambiente de enseñanza-aprendizaje en varias ocasiones se ve “cortado” o no se llega a desarrollar en su plenitud, puesto que no todos los niños llegan a realizar el trabajo, no se llegan a atender muchas dudas individuales al estar tratando de controlar casi siempre a los mismos niños, además de que el trabajo de muchos se ve interrumpido por el mal comportamiento de otros.
Por otra parte puede mencionarse que un aspecto muy influyente sobre estos comportamientos son el tipo de educación y atención que reciben en casa, las expectativas que los padres y demás familiares cercanos tienen sobre ellos, las creencias sobre las formas de crianza que creen son más adecuadas y las ideas ante las capacidades sus pequeños.
Con respecto a lo anterior se ha observado que los padres de los niños mas “desobedientes” son muy permisivos: toleran sus malos comportamientos, no les preocupa su desobediencia ante las indicaciones que les dan, esperan a que sus hijos deseen atenderlos, otros son sobre-protectores, muchos los consienten demasiado haciéndose responsables de aquello que él niño puede realizar por sí solo, ante las quejas de los malos comportamientos de sus niños los defienden quejándose sobre lo que a ellos no les parece con respecto a otros pequeños. Existe también la falta de atención por parte de algunos padres lo que bien podría ser causa de algunas conductas incorrectas por parte de algunos niños al querer llamar a atención, también llegan a ser propiciados por la falta del establecimiento de límites y normas.
Como base a esta información es como planee llevar a cabo una serie de actividades que me permitieran desarrollar en los niños actitudes de respeto a las normas, a las indicaciones y a las personas, a través de la reflexión, dentro de estas a su vez se pondrían en juego nuevos conocimientos considerando sus saberes previos y zona de desarrollo próximo.
En el primer día puse en práctica la realización de actividades lúdicas donde en un primer momento se dejarían claras las reglas del juego, así mismo se presento a los niños una forma de trabajo para los dos días, donde aquellos niños que lograran atender a las nuevas reglas establecidas dentro del aula obtendrían un reconocimiento y premio. Esta última propuesta mencionada creó un cambio inmediato en algunos niños, a otros les costó un poco mas adaptase aunque al final lograban participar de una manera más afectica y pertinente.
Sabemos que es necesario que los pequeños pongan en práctica los nuevos conocimientos dentro y fuera de la escuela, para que haya un aprendizaje permanente, es decir, significativo. Este aspecto no se logro poner en juego durante mi intervención ante la falta de comunicación con los padres de familia, provocando que para el segundo día me fuera un poco más difícil seguir trabajando con los niños en cuanto a los buenos comportamientos y actitudes, ya que se trataba casi de volver a empezar puesto que en casa (uno de los medios más influyentes sobre las expectativas, aprendizajes y personalidad de los menores) no se practicaron durante el resto del día.
Cabe mencionar que aun reconociendo la importancia de establecer una comunicación con los padres respecto al trabajo que llevaría a cabo con sus hijos, no lo di a conocer por miedo a las respuestas de molestia o hasta agresión que podría recibir de su parte, siendo que con la educadora titular nunca han recibido algún tipo de comentario o queja con respecto a la falta de respeto de sus hijos, además de las malas interpretaciones que se dieron en las jornadas anteriores, con respecto al trabajo que como practicantes realizamos y que muchas fueron apoyadas y propiciadas por algunas maestras titulares.
Así es como puedo concluir que el mayor cambio provocado con mis intervenciones fue dentro del contexto educativo; los niños mantenían un comportamiento diferente durante el trabajo que realizaba con ellos, la educadora al final tuvo una mejor actitud ante mi presencia, apoyándome durante el desarrollo de las actividades (por ejemplo, exhortando a los niños a respetar las reglas).

ELABORADO POR: AZAREL ANDREA OROPEZA MENDOZA 3° I